domingo, 23 de febrero de 2014




La impostergable despedida


Me pierdo en tu mirar dubitativo
cuando das tus apuntes del nosotros
porque los tiempos del amor y otros
nos dan también su adiós definitivo.

Tus delicados gestos cómo duelen
porque adivino los instantes  tristes
que se avecinan cuando tú los vistes
con sonidos de blues que nos demuelen.

Las razones enteras
nos brindan el espacio necesario
para encontrar perdón con algo de humildad.

Las palabras certeras
golpean en el centro despejado,
ése, que ocuparemos tú, yo… la soledad.



Amarante M Matus
Mi agradecimiento a Gavri , Rosario y Silvio por su compañía en estas letras.
*Especialmente le agradezco a mi amiga Tere Serrano por la gentileza de su foto y la belleza de su mirada.



12 comentarios:

  1. Hola Gonzalo,me encanta,tiene ese ondular nostálgico,esa dosis que te embriaga y que en lo personal me fascina....Es bella la poesía a la alegría y las odas a la felicidad pero este poema tuyo con ese tinte de nostalgia me atrapó desde el mismo titulo :) hay razón,hay humildad y hay soledad...Felicidades un poema muy bien logrado,Besos y abrazos :) ♥

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    1. Muchas gracias Mari, siempre tan generosa con tus palabras. Me alegra que te guste y que pienses que está bien logrado.
      Un abrazo sin distancias y un beso cariñoso.

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  2. Hola Gonza, transmites muy bien la melancolía en este lindo poema, que tengas un buen inicio de semana, abrazos

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    1. Muchas gracias mi querida Ale, me ayudo muchísimo la musa con esa mirada tan hermosamente inspiradora.
      Abrazos amiga.

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  3. Un poema soberbio, Gonza. Un adiós dicho así pareciera que duele menos, porque hay perdón y humildad, sentimientos díficiles que aparezcan en una despedida.
    Claro, después estará la soledad, inevitable, pero no empañada por el rencor y la amargura.
    Me gustó mucho esa delicadeza y respeto por la otra persona.
    Un abrazo grandote.
    Lo comparto.

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    1. Gracias Mirella, me gusta mucho la lectura que has hecho porque así lo veo. Hay momentos de lucidez que nos permiten despedirnos de esta manera sin tirarnos al drama y sin negar lo doloroso del evento.
      No es fácil pero cuando se consigue siempre que da el bonito recuerdo que alivia cualquier rompimiento y despedida.
      Un abrazo fuerte.
      Besos.

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  4. Gran soneto Gonzalo.
    Triste, pero justo.
    Abrazo

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  5. Cierto, la tristeza nunca se va del todo, ocupa un lugar bajo la piel...y te quedas esperando un milagro del corazón.
    "adivino los instantes tristes!" quemando los minutos diría yo,
    Odio las despedidas, los adioses y en general el NO!!!
    Un abrazo.

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    1. Mi querida Marybel, si, algo de tristeza queda, nunca se va del todo porque en el recuerdo prevalece la nostalgia.
      Y sí, esos instantes queman, consumen, arden en el corazón pero a veces no hay de otra y aprendemos a dejar ir, a soltar, a decir adiós.
      Un abrazo ultramarino hermosa amiga.

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  6. Ojalá todos los adioses fueran como éste, Gonzalo! Con tanto respeto, comprensión, amor y dulzura. Cuando las cosas se terminan, lo mejor es encararlas con la mayor dignidad y acopio de fuerzas.
    Unas letras magistrales las tuyas.
    Siempre nos quedará la adultera... Soledad.

    Un fuerte abrazo.

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    1. Así es Mabel, ojala así fuesen. Cuando se consiguen son un paradójico "alivio". Pero ciertamente son complicados por lo que implican, más cuando se ama profundamente. Creo que ese amar es quien nos da para conseguirlos.
      No siempre se puede pero se intentan.
      A los que nos llevamos bien con la adultera susodicha quizás se nos facilita más (eso creo).

      Un abrazo allende el mediterráneo.

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